El domingo iniciamos una ruta clásica con subida por la casella, visita a los Ciervos y bajada por la cantera, donde el olor a pastillas quemadas era inconfundible, para después de almorzar en Simat y no pudiendo rellenar las cantimploras,( ni una fuente de Simat operativa habrá que reclamar), no separamos en dos grupos para la vuelta a casa, el grupo con menos prisa por volver( el menos numeroso ) retorna por arriba del monasterio , bonitas vistas en un día primaveral y donde Salva nos enseño una nueva bajada hacia el pueblo de la Barraca que ya tenemos ganas de compartir con el resto.
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